Se trata de una pedagogía renovadora,
activa, popular, natural, abierta, paidológica, cooperativista, metodológica y
anticapitalista. Se centra en la renovación del ambiente escolar, y en las
funciones de los maestros. Su objetivo es que los niños aprendan haciendo y
hagan pensando.
La escuela que propugna Freinet
es:
·
Para el
pueblo, para la clase trabajadora,
·
Con
intereses populares, con democracia interna y una cultura democrática y
participativa,
·
Sin
imposiciones externas,
·
Sin la
domesticación de la escuela capitalista,
·
Sin notas
de obediencia.
La misión principal de
la escuela popular era ayudar a las potencialidades de cada individuo. Freinet
pretende que la escuela sea viva, una continuación de la vida del pueblo y del
medio con sus problemas y realidades. Para ello plantea un proceso
educativo centrado en:
·
El niño: "toda
pedagogía que no parte del educando es un fracaso, para él y para sus
necesidades y sus aplicaciones más íntimas".
·
La labor
del profesor: "poner a su disposición las técnicas más apropiadas
y los instrumentos adecuados a éstas técnicas".
Freinet a la educación para
la acción la denomina "educación con el trabajo" y es uno de los
principios básicos de la pedagogía freinetista. Para Freinet el conocimiento
es: la acción, la experiencia, el ejercicio; la base de la nueva pedagogía debe
ser crear la atmósfera de trabajo adecuada para que el niño pueda desarrollar
actividades productivas y formativas. La educación por el trabajo ha de
tratarse de una educación-juego, que esté a la altura de las necesidades e
intereses del niño, si el trabajo-juego no puede realizarse debe ser sustituido
por el juego-trabajo.
El proceso de aprendizaje se
basa en la: observación, experimentación, acción y no en la razón como lo hace
la pedagogía tradicional. El papel del maestro es antiautoritario, colaborando
con el alumno en la búsqueda del conocimiento.
Freinet se desenvuelve en un
contexto histórico marcado por crisis sociales y educativas, las cuales
enfrenta con un extraordinario valor personal, ejemplo de un gran hombre y un
gran maestro participa en la Primera Guerra Mundial y es gravemente herido en
un pulmón, desahuciado por los médicos como inválido de guerra no se da por
vencido y se dedica con todas sus fuerzas al trabajo docente como militante de
una educación popular y un mundo mejor; su compañera Elise, se constituye en un
gran apoyo e impulsora de su teoría y método; perseguido por sus ideas. En 1939
es recluido en un campo de concentración en Vichy, Francia y es allí, donde
gracias a su gran entereza, voluntad e inteligencia, escribió varios trabajos,
entre ellos "La educación por el trabajo" y "La psicología
sensitiva t la educación", en el primero comienza diciendo: "En los
momentos más penosos de mi vida -y nuestra generación parece haber nacido bajo
el signo de las grandes trastornos individuales y sociales-, cuando el
horizonte está como ocluido por las catástrofes sucesivas, no voy a buscar la
serenidad y la íntima esperanza en los filósofos cuya lectura se me impuso
antaño". Dedicándose a renovar la educación y a adaptarla al mundo nuevo
que va a nacer.
Frainet reacciona contra la escuela separada de la vida, aislada
de los hechos sociales y políticos, que la condicionan y determinan, parte de
su pedagogía unitaria y dinámica, que relaciona al niño con la vida; con su
medio social y con los problemas que enfrenta, tanto personales como de su
entorno. Entiende asimismo, que la escuela debe ser la continuación de la vida
familiar y de la comunidad en la que interactúa la escuela, por lo que la tarea
del maestro debe controvertirla en una escuela viva y solidaria con la realidad
del niño, de su familia y de su entorno.
La educación Freinet y sus sesiones de clase, con sus radicales
innovaciones, parte de la búsqueda práctica de la educación popular
interesante, eficiente y humana sobre todo, en la cual el trabajo se constituye
un eje y motor de su desarrollo. Este trabajo se organiza en torno a una gran
variedad de técnicas, como por ejemplo: la introducción a la imprenta en la
escuela, que desarrolla una serie de Juegos-trabajos, como elaboración de
textos libres; el periódico escolar: la correspondencia inter-escolar; la
visita a otras escuelas y a otros pueblos; la organización, preparación y
exposición de conferencias; la preparación de fichas de trabajo y documentos
sobre diversos temas de interés para los niños; "los contratos de trabajo";
la toma de decisiones grupales y la autogestión escolar sobre diversos
problemas de la vida escolar y comunitaria; por último, la cooperativa escolar
con las diferentes tareas que a cada niño se le asignan y que tiene a la
organización de la comunidad escolar.
Freinet adopta treinta principios que debe operar en toda
situación educativa, los denomina invariantes pedagógicos,
algunos de ellos son:
·
El comportamiento escolar de un niño depende de su estado
fisiológico, orgánico y constitucional.
·
A nadie le gusta que le manden autoritariamente; en esto el niño
no es distinto del adulto.
·
A cada uno le gusta escoger su trabajo, aunque la selección no sea
la mejor.
·
A nadie le gusta alinearse, ponerse en fila, porque hacerlo es
obedecer pasivamente a un orden externo.
·
A nadie le gusta trabajar sin objetivos, actuar como un robot, es
decir plegarse a pensamientos inscritos en rutinas en las que no participa.
·
El trabajo debe ser siempre motivado.
·
Las notas y las calificaciones constituyen siempre un error.
·
A nadie, niño o adulto, le gustan el control ni la sanción, que
siempre se consideran una ofensa a la dignidad, sobre todo si se ejercen en
público.
·
El maestro debe hablar lo menos posible.
·
La vía normal de la adquisición no es de ningún modo la explicación
y la demostración, proceso esencial en la escuela, sino el tanteo experimental,
vía natural y universal.
·
Solamente puede educarse dentro de la dignidad. Respetar a los
niños, debiendo éstos respetar a sus maestros, es una de las primeras
condiciones de renovación de la escuela.
El método natural de tanteo experimental que desarrolla Freinet,
parte de entender al niño como un ser que cuenta con una serie de conocimientos
y experiencias previos al ingreso escolar y que su tendencia natural es a la
acción, a la creación y a la expresión espontánea en un marco de libertad.
El principio que guía el método y las técnicas Freinet de la
enseñanza y aprendizaje de los conocimientos escolares consiste en considerar
que se aprende por la actividad específica, esto es, se aprende a leer y a
escribir leyendo y escribiendo; a dibujar se aprende dibujando, etc. ; es
decir, por medio de la libre exploración y la experimentación, el niño aprende
y conforma su inteligencia y sus conocimientos.
El proceso de adquisición de conocimientos no se da por la razón;
sino a través de la acción, la experiencia y el ejercicio. A esta acción que
denomina trabajo es la finalidad que debe lograr la escuela o sea la educación
por el trabajo; este trabajo escolar deberá estar adaptado y responder a las
necesidades esenciales del niño, por lo que, deberá ser en todos los casos: Trabajo-Juego.
Este trabajo-juego consiste en una actividad que integra los dos procesos y
responde a las múltiples exigencias que el niño necesita:
"Hay un juego, por así decirlo, funcional que se ejecuta en
el sentido de las necesidades individuales y sociales del niño y el hombre, un
juego que hunde a sus raíces en lo más profundo de nuestro acontecer atávico y
que, indirectamente quizá, sigue siendo una especie de preparación para la
vida, una educación que prosigue misteriosa, instintivamente, no al modo
analítico, razonable y dogmático de la escolástica, sino con un espíritu, una
lógica y un proceso que parecen específicos de la naturaleza del niño".
"Este juego, se antoja esencial lo mismo en el animalito que
el hombrecito, es, en definitiva, trabajo, aunque trabajo de niño, cuyo fin no
siempre captamos y que no reconocemos en modo alguno porque es menos trivial y
menos bajamente utilitario de lo que lo imaginamos por lo común. Para el niño,
tal trabajo-juego es una especie de explotación y liberación, como la que
siente, en nuestros días, el hombre que logra entregarse a una tarea profunda
que lo anima y exalta".
Los educadores se han preocupado por el pacer eufórico que logra
el juego, pero han denominado el impulso de adaptación y liberación que
contiene; Freinet entiende que lo esencial de la actividad del juego en el
niño, es su dinamismo y creatividad.
"El niño juega y juega más que el adulto porque hay en él un
potencial de vida que lo inclina a buscar una amplitud mayor de reacciones:
grita de buena gana, en vez de hablar, corre sin cesar en vez de caminar y
luego cae profundamente dormido, con la cucharada de sopa en la boca, y nada lo
despertará sino hasta la mañana siguiente. La actividad que le permiten o le
toleran los hombres y los elementos no basta a gastar la totalidad de ese
potencial de vida; necesita un derivativo que no puede imaginar completamente y
que se contenta con copiar de la actividad de los adultos adaptándola a su
medida".
Por lo tanto, el trabajo puede incorporarse la alegría vital que
contiene el juego, en la medida que se le ofrezcan a los niños actividades que
le interesen.
"Vemos entonces la relación que dan el juego esas cualidades esenciales
que hemos reconocido en el trabajo funcional y profundo..."
En razón de que los juego-trabajo responden a lograr las
necesidades esenciales del niño, que estas actividades Juego-trabajo satisfacen
todos los requerimientos primordiales de los individuos: libera y canaliza la
energía fisiológica y el potencial psíquico que buscan naturalmente un empleo;
tiene un fin subconsciente: asegurar una vida lo más completa posible y
defenderla y perpetuarla; ofrece, en fin, una extraordinaria amplitud de sensaciones.
Su característica, en efecto, no es en modo alguno la alegría sino el esfuerzo
y el trabajo, a los que acompaña la fatiga, los temores, el miedo, la sorpresa,
los descubrimientos y una preciosa experiencia. Por su origen mismo, sigue
siendo casi siempre colectivo; traduce, sobre todo, esa exasperación congénita
del deseo de poder.
"En un mundo que no está ni concebido ni preparado en función
de la juventud, el juego-trabajo es el elemento constitutivo de la organización
empírica del universo infantil, organización en la cual la invención no tiene
más que un sitio reducido, ya que el niño encuentra mucho más cómodo, como por
lo demás lo hace el adulto, utilizar copiosamente algunos moldes imperfectos,
es verdad, pero cuando menos experimentados, cuyo uso responde a las
necesidades profundas del momento.
Freinet entiende que la alegría del trabajo es esencialmente
vital, y más vital que el juego; considera que si se le ofrece al niño
actividades que les intereses profundamente, que los entusiasme y movilice
enteramente, ese es el camino de la verdadera educación, esta es la razón de
llamar a tales juegos: juegos-trabajo, a fin de marcar sus relaciones y
fundamentos con la actividad adulta denominada trabajo. Freinet va a definir
que: "El juego-trabajo no sería, pues, más que un paliativo instintivo a
la impotencia en el que el niño se encuentra para satisfacer una necesidad
imperativa. A falta de un trabajo verdadero, del trabajo-juego, el niño
organiza un juego-trabajo que tiene todas las características del segundo, con
algo menos, sin embargo, de esta espiritualidad superior que se deriva del
sentimiento de la utilidad social del trabajo, que eleva al individuo a la
dignidad de su eminente condición".
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